Bauhaus y Kandinsky
En 1922 lo vemos en la Bauhaus. Kandinsky estuvo a cargo del taller de
pintura decorativa y dictaba el curso de iniciación. Había aceptado
complacido la propuesta de Walther Gropius de sumarse a los miembros de
esa escuela de diseño de Weimar. La escuela le permitió escribir sus
manifiestos y publicar su libro Punto y línea sobre el plano. Durante todo ese periodo su trabajo destaca por la disciplina que hace
gala. Pronto agrega al color las matemáticas, especialmente la
geometría, con el fin de lograr la interacción de la forma. Su pintura
absorberá todo lo que puede aprovechar de las vanguardias del momento,
que estaban manifestándose en el mundo, como también las que se daban en
la misma Bauhaus. En 1933 cuando los nazis clausuran la Bauhaus,
Kandinsky se instalará en Paris. Continuará trabajando con ahínco.
Seguirá buscando nuevas formas, todas inventadas, para plasmarlas en sus
cuadros. Siempre las hará en base a las figuras geométricas, que los
trabajará y resaltará con colores. A todos los que combinará en forma
complicada, que a muchos recordará al cubismo. En Paris adquirirá un
nuevo interés. Se alejará de su manera de trabajar adquirida en la
Bauhaus y tenderá más bien hacia otras formas.
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